Los símbolos siempre
identifican a una institución, a los estudiantes les dan un sentido de
pertenencia, los hacen amar a su casa de estudios y es por iniciativa de los
estudiantes que nació la propuesta de darle un emblema al Instituto Politécnico
Nacional.
Así en 1948, la Federación
Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET), que era la organización estudiantil
con más fuerza de la época, lanzó la convocatoria para el diseño del
futuro escudo de la institución. El ganador y autor intelectual, fue el alumno Armando
López Fonseca, estudiante del último año de la escuela prevocacional No. 5, quien
fue ayudado por el dibujante y estudiante Jorge Grajales para el boceto del
escudo.
Al
principio, el escudo solo era utilizado por los miembros de la FNET, para el envío
y recepción de sus documentos.
Posteriormente,
dejo de usarse el escudo, hasta 1948, cuando el entonces director del
Politécnico, el Ing. Alejandro Guillot Schiaffino, retomó el escudo de Armando
López para darle un emblema a la institución. En esta ocasión, se remasterizó
el escudo, conservando todos sus elementos originales, para llegar a ser como
lo conocemos en la actualidad.
Los
elementos del escudo son:
- La reproducción refinada de las letras del portón tradicional de acceso al Casco de Santo Tomas.
- Una torre que simboliza la arquitectura, la ingeniería civil y las ramas derivadas.
- Un engrane que representa la ingeniería mecánica y ramas afines.
- Al centro, hay un matraz bordeado por una serpiente, simbolizando las ciencias médico-biológicas y químicas.
- También al centro, una balanza, con los platillos en equilibrio que representa el ideal al que se inclinan las ciencias administrativas, económicas y sociales.
De
ésta manera nació el escudo que conocemos hoy y que nos enorgullece tanto dándonos un sentido de pertenencia.
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